La utilización terapéutica de las virtudes de las plantas es lo que se conoce como Aromaterapia.
Los aceites esenciales (de los que disponemos un vademecum de consulta) son sustancias hiperconcentradas, en extremo volátiles.
Son livianos y no grasos, insolubles en agua y levemente solubles en vinagre.
Se disuelven bien en alcohol y mezclan en forma excelente con ceras, grasas y aceites vegetales.
Los componentes activos del aceite esencial, penetran el cuerpo a través de la piel, ayudando a restaurar, así, la salud física mental y emocional.
Funciona a través de la piel y el sistema linfático que la lleva a todos los órganos del cuerpo y a través del bulbo olfativo que se encuentra delante del hipotálamo, responsable de las emociones, por lo tanto la calidad de los aceites esenciales es la clave.
La única manera de garantizar la eficacia de los aceites es que estos sean 100% puros y que vengan de cultivo biológico, sin ningún aditivo y destilados en las mejores condiciones, así el lugar de origen también será muy importante, pues no es lo mismo la esencia extraída de una planta de tomillo por ejemplo cultivada en las riveras del mediterráneo que en el norte de Europa.
Además de su eficacia superior, los aceites esenciales puros y naturales se toleran mejor en el organismo, los aceites impuros y adulterados pueden provocar intolerancias y alergias.
Además de sus virtudes como:
Antiinflamatorios, antivirales, antibacterianos, cicatrizantes, sedantes, digestivos, depurativos, antitóxicos, y un largo etc.
Ejercen una acción reguladora en el sistema endocrino y en el sistema nervioso central, especialmente a nivel del equilibrio entre el simpático y el parasimpático, equilibrando el terreno neuro-endocrino.
Por último los aceites esenciales tienen propiedades eléctricas particulares, que corrigen el equilibrio ácido-alcalino en el organismo.
A un nivel más sutil, poseen un alto grado de resistencia eléctrica para actuar de manera muy aguda sobre ciertos elementos inmateriales del cuerpo:
Se pueden obtener mejores resultados si se emplean más de un aceite esencial, (de dos a cuatro), la sinergia de la mezcla incrementa su poder si se le compara con la energía obtenida de un único aceite.
PLANTA | HUMANO |
|
|
EN LA PLANTA | EN EL SER HUMANO |
Son funciones de la raíz las de sostén en un medio, del que se alimenta, y en el que se reproduce. | Tiene un territorio de raíz, que incluye el sistema reproductor, linfático, urinario, retorno venoso e intestino grueso. |
"El cuerpo guarda memoria emocional desde antes del nacimiento, y un aceite esencial de raíz, va al conflicto de la persona, que se sentirá más confortada, queriéndose a sí misma". |
EN LA PLANTA | EN EL HUMANO |
Tienen ante todo una función respiratoria. A través de la hoja circulan, líquidos, nutrientes y savia. La esencia de la planta, regenera los tejidos de las plantas, por lo que desempeñan un papel fundamental en su crecimiento y curación.
Una función más de las hojas, es la comunicación
|
Funciones de respiración, circulación, eliminación de toxinas. Se relaciona con la palabra, la emoción, y los centros energéticos que almacenan la información del medio, el puente entre lo que la persona es y lo que piensa que es. |
EN LA PLANTA | EN EL HUMANO |
Sirve a la planta para la reproducción, para atraer insectos, lo que se comprueba al contemplar la emisión de ondas y rayos infrarrojos de las flores de las plantas, el calor y ondas lumínicas.
|
La cabeza humana por su parte contiene el cerebro, que transmite coordenadas de funcionamiento, los cinco sentidos e incluso el sexto sentido y la intuición. En ella residen todas las funciones cerebrales, la memoria, la concentración, etc. Los aceites esenciales de las flores, regulan el sistema nervioso central (cerebro, cerebelo, médula espinal), el autónomo y el sistema endocrino.
|
Por inhalación:
A traves de la piel:
5. Se aplica el aceite esencial sobre la piel.
6. Estas moléculas son absorbidas por el torrente sanguíneo en 20 minutos.
7. Circula por el cuerpo y en 1hora llegan al órgano afín a su composición química, el cual recibe el efecto terapeutico.